Yo no quiero ser amigo
de envidiosa enemistad,
de aquel burdo sub-urbano
que se jacta de su andar;
que gritó los cuatro vientos
su presunta "caridad":
yo no quiero ser amigo
del que engulle a los demás.
Yo no quiero ser amigo
- muy tranquilo puedo estar-
del que adula mi buen trigo,
que lisonja mi cantar,
porque puede serle útil
y, ¿Quién sabe , dé oro y pan?
Yo no quiero ser su amigo,
con él nunca me verán.
Yo no quiero ser amigo
del que a medias va a abrazar,
del que mira con sospechas,
que ni en él puede confiar;
que ha inclinado sus oídos
siempre a aquel mejor postor,
y empaqueta en tantos moldes
el amor.
Agradezco sus consejos,
sus regalos, su alabar;
pero a otros pueden darlos:
no preciso de ese ajuar.
Yo no quiero ser amigo
del que se hace traidor,
del que arrienda el propio abrigo;
el que vende sinsabor.
Yo no quiero ser amigo
del que a medias va a abrazar,
del que mira con sospechas,
que ni en él puede confiar
que ha inclinado sus oídos
siempre a aquel mejor postor,
y empaqueta en tantos moldes
el amor.
Letra y música: Eduardo Waghorn
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