viernes, septiembre 09, 2005

Hay que escribirlo todo.



las tertulias
la desesperación de Neruda


Hay que escribirlo todo:
roces, ojos, bocas, ruidos, chirridos, expresiones;
hay que grabarlo todo:
memorias y olvidos,
letanías y júbilos,
lágrimas y risas,
carcajadas,
melodías y suspiros,
alientos extraviados,
manos quietas...
aun quejas y perfidias.


Yo me arriesgo, me adelanto,
y consigno esta modesta invitación,
el llamado a lo perpetuo,
el poema incombustible.
¡Les imploro si es preciso!

Hay que grabarlo todo
y describirlo,
conservando al fin aquello
tan sutil e imperceptible,
como aferrarse en la noche
a un precioso amanecer;
huella de tesoros,
cántaros, marmitas,
al final del arco iris.


El Dorado de prekinder,
que nos brilla hasta la muerte.
Siempre fieles al sendero,
fervorosos, afiebrados.
Hay que grabarlo todo,
depositar cada segundo
en el baúl férreo, sagrado
que palpita en nuestra sien.


*Este poema es reciente, supongo que tiene un gran dejo de nostalgia al ver como pasa tanta agua debajo del puente de nuestras vidas, que al final se nos conduce  hacia la gran catarata final.


Autor: Eduardo Waghorn

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