domingo, julio 20, 2008

Puedo ser felíz.



Qué importa si hace un mes sufría o si hace un año agonizaba. Hoy soy felíz, y el presente es lo que importa. No puedo detener el tiempo, no puedo volver al pasado, no puedo adivinar el  futuro...

SÍ puedo  terminar el café con galletas mientras contemplo a mi hijita dormida, plácida, con el  Discovery Kids como eficáz niñera incidental...
SÍ es posible recibir tu llamado desde lejos, y una carta, y un abrazo...
SÍ me puedo proyectar en el free hand con el boceto que este Lunes venderé a una nueva empresa, para luego terminar una canción en mi guitarra. PUEDO sentir en mi cuerpo el calor del calefactor, valorar aquel tesoro, la salud..., trabajar mis manos libres en aquellos viejos temas; SÍ es posible percibir que, a pesar de todo, con Isabel podemos entendernos y respetarnos, porque hay algo que supera nuestras diferencias y vidas separadas: ese bellísimo fruto, nuestra hija.
SÍ es posible completar con mi cerebro adormecido aquellas piezas del rompecabezas, entender que entre Ucrania y Chile hay más que solo miles de kilómetros y un Océano de por medio. Entender que hay demasiado por hacer, por terminar.
Finalmente, entender que PUEDO ser felíz. Que no pido demasiado.

Autor: ©Eduardo Waghorn H.