Desde que nos dejaste, han pasado tantas cosas. Tengo mucho que decirte...recién con el paso de los meses estoy asimiliando tu ausencia, tu partida...Cómo decirte que Alejandra, tu nieta amada, tu primera, ya lee fluidamente aunque aun esta en kinder...que con la pequeña Fernandita, son muy amigas...como tú hubieras querido.
Desde mi niñez, en donde cumpliste un rol imprescindible, desde esa tierna infancia llena de tus besos y cariños, hasta mi alejamiento de mal adulto; desde nuestro mutismo incomprensible hasta mi apego filial, casi profetizando lo poco que nos quedaba juntos, pasa una pantalla ante mis ojos. Cómo decirte que todavía tus tres hijos no entendemos qué pasó, cómo el cáncer te arrebató en forma repentina, súbita, maremoto frío que nos dio una dolorosa bofetada ; que apenas tenemos consciencia para añorarte...que aún estamos aturdidos.
Cómo decirte, Yuly amada, que nos haces tanta falta.
Que no lo dije todo, que fui demasiado insuficiente, demasiado precario, demasiado lejano, y estúpidamente ensimismado...que cambiaría todo por unos instantes contigo, para abrazarte, besarte, sin pudores,así como lo hago con tu nieta...Cuando ya quise decirte tantas cosas, casi no parecías consciente; claro, tus ojos de paloma me seguían, atentos...comprendías con ternura mis falencias...mis angustias...Y esos ojos grandes, en un momento, me decían: "Hijo mío, Lalito, siempre te he amaré"...
Y ahora que me armo de valor para escribir esto, te veo claramente sonriendonos, abrazándonos, dejandonos tu huella de cariño...
No puedo perdonar la muerte, ni al acaso, ni a la vida, ni al dolor, ni al silencio.
No puedo perdonar al tiempo, cobarde y caprichoso.
Demasiado pronto, mamá. ¿Porqué TÚ?
Desde mi niñez, en donde cumpliste un rol imprescindible, desde esa tierna infancia llena de tus besos y cariños, hasta mi alejamiento de mal adulto; desde nuestro mutismo incomprensible hasta mi apego filial, casi profetizando lo poco que nos quedaba juntos, pasa una pantalla ante mis ojos. Cómo decirte que todavía tus tres hijos no entendemos qué pasó, cómo el cáncer te arrebató en forma repentina, súbita, maremoto frío que nos dio una dolorosa bofetada ; que apenas tenemos consciencia para añorarte...que aún estamos aturdidos.
Cómo decirte, Yuly amada, que nos haces tanta falta.
Que no lo dije todo, que fui demasiado insuficiente, demasiado precario, demasiado lejano, y estúpidamente ensimismado...que cambiaría todo por unos instantes contigo, para abrazarte, besarte, sin pudores,así como lo hago con tu nieta...Cuando ya quise decirte tantas cosas, casi no parecías consciente; claro, tus ojos de paloma me seguían, atentos...comprendías con ternura mis falencias...mis angustias...Y esos ojos grandes, en un momento, me decían: "Hijo mío, Lalito, siempre te he amaré"...
Y ahora que me armo de valor para escribir esto, te veo claramente sonriendonos, abrazándonos, dejandonos tu huella de cariño...
No puedo perdonar la muerte, ni al acaso, ni a la vida, ni al dolor, ni al silencio.
No puedo perdonar al tiempo, cobarde y caprichoso.
Demasiado pronto, mamá. ¿Porqué TÚ?